Datos personales

Córdoba, Veracruz (México), 1957. Medalla de Honor Presidencial Pablo Neruda (2004). De poesía: "Borís Pasternak" (1999), "El águila en las venas (Neruda en México, México en Neruda" (2004). Poemarios publicados: "Poemas del Didxazá" (1985), "La casa de la nube" (1996), "La zorra azul" (1996), "Retrato de familia con algunas hojas" (1999), "Abla o nadA" (2002), "La mariposa en la estrella" (2001). Premios a poemarios: Premio Nacional de Poesía Joven (1983).

Des-varíos

Des-varíos

viernes, 22 de octubre de 2010

Libros de Víctor Toledo






























En muy pocas ocasiones podemos encontrarnos con libros que abarquen tantos temas y mucho menos en un formato tan pequeño y límpido. Víctor Toledo, profesor de la BUAP, traductor pero especialmente poeta, nos abre nuevas perspectivas de la literatura; Des-varíos (BUAP, 2009) es un libro enteramente ecléctico como variopinto, en primera instancia nos sumergimos en un ensayo conmemorativo sobre el centenario del gran escritor ruso Nikolai Gógol, pero al contrario de lo que podría esperarse, no nos hallamos ante un ensayo más sobre las Almas muertas, novela que como todos sabemos y siempre llegáremos a considerar, es su obra más importante, como también uno de los pilares de la literatura universal. Tan importante fue Chichikov –protagonista de la novela- en la literatura rusa posterior, que Dostoievski nunca paraba de citarlo en la mayoría de sus obras. Mezclando a veces el relato personal y la crítica literaria, Toledo nos hace reflexionar sobre uno de los primeros cuentos de Gógol; Atardeceres en la aldea cerca de Dikanka, y nos dice que no sólo los problemas sociales atañen a las grandes urbes, al contrario, el folklor y las costumbres tienden a ser la base de la idiosincrasia en toda sociedad.

Podemos decir que el libro des-varíos se divide en cinco segmentos, pero como en todas las estructuras espacio-temporales siempre existe un punto continuo, la constante en esta línea ensayística por supuesto es la literatura, tal vez embelesada por una prosa poética ensayística que nos remite a poetas tan importantes como Rubén Bonifaz Nuño. En segunda instancia, pero sin apartarnos un momento de la geografía rusa, llegamos a sumergirnos en los albores del siglo XX, y con una crónica que nos hace recordar los cuentos memorables que constituyen la estilística de Danilo Kís, Toledo nos habla en un prólogo escrito sobre la presentación del libro El perro vagabundo, cómo poetas tan importantes como Mayakovski y Mandeshtam constituyen la mejor lámina fotográfica para poder adentrarnos en los conflictos poético políticos de la Rusia soviética. Antes de todo, nos presenta un claro oscuro sobre el sentido ontológico de un bar-restaurante como puede ser El perro vagabundo; desde los poetas malditos hemos llegado a comprender que los puntos de reunión sirven como herramienta para poder urdir y estructurar las mayores manifestaciones estéticas como sociales; las vanguardias del siglo XX nunca hubiesen sido las mismas si los cafés parisinos no habrían estado atestados de intelectuales y escritores durante la noche. Son las tribulaciones de Mandelshtam las que expone Toledo como eje central para poder dilucidar, o por lo menos exponer, como la fuerza inquisitiva de Stalin llegó a repercutir sobre la poesía rusa; por supuesto hablamos del realismo socialista, pero especialmente de los poetas akmeistas.

Cuando llegábamos a creer que el libro sólo abarcaba la literatura rusa, nos encontramos ante un extenso ensayo sobre el poeta, tal vez equivalente o mayor a la poesía de Mandelshtam, como lo es Lezama Lima. Cuando pensamos en el escritor cubano es innegable que venga a nuestra mente la gran novela barroca que casi todos los lectores se acercan a ella como si tratase de una muralla, por supuesto hablamos de Paradiso; pero Toledo menciona, y debo admitir que tiene toda la razón, que la poesía pero especialmente la ensayística de Lezama Lima, brilla en la historia de la literatura como las grandes obras que el público tiende a olvidar. Éste ensayo, emulando el mismo motivo que el centenario de Gógol, sirve como prólogo de la nueva antología publicada por la BUAP.

Ahora ya no hablamos de temas oscuros como política y purgas soviéticas, sino que, tratando de dilucidar los vasos órficos de Lezama Lima, debemos adentrarnos en la poesía del Dionisos pero también la sutileza y maestría de lo apolíneo. Debo recalcar que éste prólogo no sólo está escrito con un sentido crítico, sino también poético, en sus páginas sobre Lezama se respira la musicalidad de la poesía, como la agudeza e incisión del ensayo. Actualmente muy pocos escritores tienen la osadía de apoyar sus textos en prosas poéticas-ensayísticas, éste sincretismo del lenguaje podemos notarlo en la mayoría de los grandes poetas, Joshep Brodsky o hasta el mismo Octavio Paz eran partidarios de éste tipo de expresión. Toledo no sólo nos habla sobre los ensayos de Lezama Lima, sino también un análisis sobre sus mejores poemas y cómo el cubano llego a establecer una relación estrecha con México, igualmente con Paz, tanto que en un gesto de gratitud, llegaron a dedicarse recíprocamente poemas de su autoría.

Como mencioné al principio, éste libro, por pequeño que pueda parecer a simple vista, abarca las mayores exposiciones de la literatura como también los problemas contemporáneos que acaecen en la ciudad. El poeta Toledo nunca deja hablar de poesía, en sus páginas vive y revive la literatura como un elemento ininterrumpido, y aun a pesar de que súbitamente se presente como un guardabosques, y nos hablé del bosque La Calera, y cómo el exceso demográfico pero especialmente la tala destruye un punto mágico y natural, la estética no se diluye: ya no hablamos de poetas rusos oprimidos por la política, tampoco de escritores cubanos cuyo sentido poético sólo es comparable con los mejores poetas de la historia, sino de animales, elementos de la naturaleza que conforman el corazón verde de la ciudad. Ahora transcurrimos bajo las palabras de Robert Graves interpretadas por Toledo, entendiendo que el bosque no sólo es un receptáculo de fauna y ecosistemas, sino uno de los incentivos que los poetas buscan para tocar la piel de su musa.

En una coincidencia que podríamos llamar significativa, el libro cierra con el cuento de Gógol que Toledo nos cuenta y analiza en el primer capítulo del libro. Se abre ésta antología de ensayos con la literatura rusa, y se cierra con un cuento de la misma. Los mejores cuentos siempre son redondos, y me atrevería a decir que éste libro también cumple las mejores características del círculo.

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